Como su propio nombre indica se deriva de las palabras “termo” calor y “terapia” tratamiento. Consiste en aplicar calor en ciertas partes del cuerpo como tratamiento curativo a temperaturas diferentes.
Mediante esta terapia el calor se expande por todo el cuerpo por medio de mecanismos de conducción, radiación y convención.
Se utiliza para mejorar la salud y el bienestar de la persona, tanto para una simple relajación hasta para la curación de algunas enfermedades.
También es muy utilizada en procesos de recuperaciones musculares, como, por ejemplo, en la rehabilitación muscular, aliviando la presión sanguínea creando un efecto relajante mediante el calor de la termoterapia.
¿Cómo se realiza la termoterapia?
Son muchos los medios que se pueden utilizar para realizar la termoterapia. Desde directamente por una fuente de calor hasta por medio de ondas. Los métodos más utilizados son los siguientes:
-Bolsas de agua o mantas eléctricas.
-Lámparas de calor.
-Ultrasonidos.
-Baños termales.
-Vapor de agua y aire caliente.
Estas son algunas de las terapias que podremos encontrar tanto en centros médicos como balnearios o spas. Para obtener los resultados esperados es fundamental que el agente térmico que produce el calor esté entre los 34 y los 36ºC teniendo mucho cuidado de no sobrepasar los 58ºC.
Todos estos métodos se aplicarán sobre el organismo y tendrán un efecto beneficioso en nuestra salud.
La manera de aplicarla será mantener la zona donde se vaya a usar limpia y controlar la temperatura para evitar posibles quemaduras. Aprovechamos a continuación, para explicaros qué beneficios tiene la termoterapia en nuestro organismo como tratamiento curativo.
¿Qué beneficios tiene la termoterapia?
Efecto sedante y relajante
El calor desde siempre ha provocado en nosotros una sensación de sedante y relajante. Es un tratamiento beneficioso para relajar músculos, ya que alivia la fatiga y evita los espasmos.
Este aliciente del cuerpo evita y elimina contracturas musculares y trata lesiones. Además, alivia a pacientes afectados por dolores articulares, artrosis o artritis.
Efecto antiinflamatorio Cuando sufrimos algunas inflamaciones sobre la piel y aplicamos calor se produce un efecto positivo sobre la inflamación, ya que reduce y calma determinadas afecciones, como, por ejemplo, en dermatitis y erupciones.
Además, cuando sentimos cierto dolor también actúa como antiinflamatorio, ya que interrumpe el proceso de transmisión del dolor.
Aumenta las defensas del organismo Cuando el cuerpo se calienta, el metabolismo aumenta. Esto produce un aumento de la temperatura corporal, la razón por la que hacer uso de esta terapia no debe ser excesiva.
El aumento de dicha temperatura en nuestro cuerpo activa las defensas del sistema inmunológico y promueve la curación.
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