El dolor y la llegada del invierno

El dolor y la llegada del invierno

¿Alguna vez alguien les ha dicho que va a llover porque nota más dolor del habitual en las articulaciones? En caso afirmativo, a estas personas que perciben el dolor en estas situaciones se las conoce como meteorosensibles, es decir, sensibles a los cambios bruscos de tiempo. Varios estudios confirman que las variaciones de presión atmosférica y de temperatura afectan a las personas con enfermedades reumáticas.

Alrededor del 40% de las personas afectadas son susceptibles de percibir fenómenos meteorológicos con su dolor. En concreto, las personas con artrosis sienten un aumento del dolor articular unos días antes de que llueva, cuando baja la presión atmosférica, mientras que las personas con artritis reumatoide sienten este dolor con el descenso de la temperatura. Afortunadamente, el cambio de tiempo solo influye en la percepción del dolor y no en agravar la enfermedad.

Con la llegada del invierno y el descenso de la temperatura, las personas con estas enfermedades deberán tener en cuenta ciertas recomendaciones para que su calidad de vida no esté tan condicionada por el tiempo. Por ejemplo, se recomienda aplicar calor local en la zona de dolor y realizar ejercicio suave, como andar o nadar, para desentumecer las articulaciones y facilitar su movilidad. Hacer ejercicio supone la mejor manera de prevenir o ralentizar la evolución de la enfermedad tanto o más que los fármacos o la fisioterapia. En resumen, las personas con enfermedades reumáticas son más sensibles a los cambios climáticos.

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