La espondilosis cervical es una degeneración de los huesos del cuello (vértebras) y de los discos intervertebrales, lo que ejerce presión sobre la médula espinal (la comprime) en la zona del cuello.
La artrosis es la causa más frecuente de espondilosis cervical.
Con frecuencia los primeros síntomas son inestabilidad, marcha espástica y dolor, y pérdida o reducción de la flexibilidad en el cuello.
La resonancia magnética nuclear o la tomografía computarizada confirman el diagnóstico.
El tratamiento incluye el uso un collarín blando para el cuello, la administración de fármacos antiinflamatorios no esteroideos y, algunas veces, cirugía.
La espondilosis cervical suele afectar a personas de mediana edad y mayores. Es una causa frecuente de disfunción de la médula espinal en las personas mayores de 60 años.
A medida que las personas envejecen, la artrosis se vuelve más frecuente. Causa degeneración de las vértebras del cuello. Cuando el hueso de las vértebras intenta repararse por sí mismo crece demasiado, lo que produce excrecencias anormales de hueso (espolones) y estrechamiento del conducto raquídeo en el cuello. (El conducto raquídeo es la vía de paso que discurre por el centro de la columna y contiene la médula espinal.) Los discos entre las vértebras también se degeneran, disminuyendo la amortiguación que protege a la médula espinal. Estas alteraciones pueden dar lugar a una compression de la médula espinal, lo que causa una disfunción. Debido a que el tejido está dañado, es más susceptible a las lesiones.
Por ejemplo, traumatismos cervicales leves, debido a una caída o a un latigazo cervical pueden dañar seriamente la médula espinal.
Algunas personas nacen con un conducto raquídeo estrecho. En ellas, la compresión debida a la espondilosis es más grave. A menudo, las raíces nerviosas espinales (la parte de los nervios espinales localizada junto a la médula espinal también se comprimen.
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