La artrosis cervical o cervicoartrosis se produce cuando se lesiona o degenera el cartílago de las articulaciones de la columna cervical. La artrosis cervical es muy frecuente en personas mayores a 50 años y en muchas ocasiones pasa desapercibida porque no produce síntomas.
El síntoma más frecuente de la cervicoartrosis es el dolor del cuello (cervicalgia) que aparece con los movimientos. Además, los pacientes con cervicoartrosis suelen referir rigidez que dura poco tiempo y mejora con el movimiento.
La cervicalgia puede ocurrir de modo agudo, es decir, con una aparición rápida y desaparición en unos pocos días, o con más frecuencia, se comportará como una cervicalgia crónica. En este caso, el dolor aparece de modo más lento y su duración es mayor (semanas o meses). Su intensidad suele ser leve o moderada y se localiza en la parte posterior e inferior del cuello.
En algunas ocasiones, la cervicoartrosis es asintomática y se diagnostica como un hallazgo al realizar radiografías de la columna cervical por otro motivo.
La causa de la artrosis se considera que es la consecuencia de una suma de factores genéticos y ambientales aunque en algunos casos hay una causa clara como un traumatismo previo, una infección, una malformación congénita, etc. En estos casos, se considera que la artrosis es secundaria (consecuencia) a este proceso. En la inmensa mayoría de los casos de artrosis cervical no existe una causa clara que justifique la artrosis y por tanto, se considera que aparece debido a la suma de ciertos factores genéticos y ambientales
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