La mayoría de las enfermedades articulares aparecen por el desgaste y la edad de los huesos. Sin embargo, existen distintos métodos para prevenir este tipo de malestares, lo mejor es que casi todas estas prácticas son hábitos comunes que puedes realizar diariamente.
Por ejemplo, cuidar tu alimentación y mantenerte en un peso adecuado puede segregar el problema; también utilizando calzado cómodo o evitar el consumo de alcohol o tabaco pueden hacer una gran diferencia.
Dato: el problema con las articulaciones se deriva por la pérdida del líquido sinovial, un fluido viscoso que impide la fricción entre los cartílagos. Si ésta disminuye o desaparece, los tejidos se desgastan y pueden aparecer ciertas enfermedades.
A continuación, te presentamos una lista con las enfermedades articulares más comunes, toma nota y analiza si alguno de tus familiares ha sido propenso a este tipo de problemas, ya que ese también puede ser un elemento importante para poder prevenirlas.
Es, quizá, la enfermedad articular más conocida; las articulaciones se hinchan, se ponen rígidas y causan dolor. El síntoma inmediato al padecerla, es que las personas pierden movilidad de la zona afectada.
En algunos casos puede ser necesario someterse a un procedimiento quirúrgico para reemplazar la articulación dañada por una nueva.
La bursitis es sinónimo de inflamación de las bursas, estas son una especie de bolsas llenas de líquido, que impiden la fricción entre las articulaciones y el cartílago con el hueso (de no existir, el movimiento común de nuestras extremidades sería doloroso siempre). Si se inflama es necesario buscar la ayuda de un especialista.
La bursitis aparece en las zonas donde hay más movimiento: hombros, rodillas, pelvis, cadera, muñecas, dedos de los pies y talones.
Esta es una de las enfermedades más extrañas y complicadas de detectar, pues son una serie de microfracturas en los nervios que a menudo pasan inadvertidas; sin embargo, cuando se acumulan pueden producir la destrucción permanente de la articulación.
Esta enfermedad tiene que ver con la pérdida del flujo sanguíneo en alguna parte del cuerpo. Por ejemplo, si en la zona de la rodilla la sangre deja de circular en el interior de los huesos, el tejido óseo muere; lo que provoca que la articulación colapse.
Los tratamientos prolongados con esteroides, el consumo excesivo de alcohol, la radioterapia y la enfermedad de Gaucher pueden ser algunas de las causas que desencadenan la necrosis aséptica.
Las dislocaciones o luxaciones ocurren cuando el hueso se desprende de la articulación, estas no entran en la clasificación de enfermedades degenerativas; sin embargo, estas pueden ocurrir más fácil si las articulaciones presentan algún problema de debilidad.
Otras causas comunes de las luxaciones se dan cuando una persona recibe un golpe grave en los tobillos, rodillas, hombros, cadera, codos o mandíbula.
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