Todo lo que necesitas saber sobre la artrosis cervical

Todo lo que necesitas saber sobre la artrosis cervical

La artrosis cervical, también conocida como cervicoartrosis, es una enfermedad degenerativa que afecta a las articulaciones de la columna cervical y a los discos intervertebrales. Se caracteriza por el desgaste del cartílago articular, lo que provoca dolor, rigidez y otros síntomas.

La artrosis cervical es más común en personas mayores de 50 años, pero puede aparecer a cualquier edad. Algunos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecerla son:

- Genética: Si tienes familiares con artrosis cervical, tienes más probabilidades de desarrollarla.

- Lesiones en el cuello: Los latigazos cervicales y otras lesiones en el cuello pueden dañar el cartílago y aumentar el riesgo de artrosis.

- Envejecimiento: A medida que envejecemos, el cartílago articular se vuelve más delgado y desgastado, lo que hace que las articulaciones sean más propensas a la artrosis.

- Malas posturas: Mantener la cabeza en una mala postura durante largos períodos de tiempo puede poner tensión en las articulaciones del cuello y contribuir a la artrosis.

- Obesidad: El sobrepeso y la obesidad ejercen una presión adicional sobre las articulaciones, incluyendo las del cuello.

Los síntomas de la artrosis cervical pueden variar de leves a graves e incluyen:

- Dolor en el cuello: El dolor es el síntoma más común de la artrosis cervical. Puede ser un dolor sordo y constante, o un dolor agudo que empeora con ciertos movimientos.

- Rigidez en el cuello: La rigidez puede dificultar mover la cabeza y puede ser más notable por la mañana o después de estar sentado durante largos períodos de tiempo.

- Dolor de cabeza: La artrosis cervical puede causar dolor de cabeza, especialmente en la parte posterior de la cabeza.

- Vértigo: El vértigo es una sensación de mareo o inestabilidad. Puede ser causado por la compresión de los nervios en la columna cervical.

- Hormigueo o entumecimiento en los brazos: La artrosis cervical puede comprimir los nervios que van a los brazos, causando hormigueo, entumecimiento o debilidad en las manos y los brazos.

El tratamiento de la artrosis cervical se centra en aliviar el dolor y mejorar la función articular. No existe una cura para la enfermedad, pero hay varios tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas, como:

Fisioterapia: La fisioterapia puede ayudar a fortalecer los músculos del cuello y mejorar la flexibilidad.

Ejercicios: Hacer ejercicio regularmente puede ayudar a mantener la fuerza y la flexibilidad de las articulaciones del cuello.

Terapia de inyección: Las inyecciones de esteroides o ácido hialurónico en las articulaciones afectadas pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación.

Cirugía: En casos graves, la cirugía puede ser una opción para aliviar la presión sobre los nervios o para estabilizar la columna cervical. 

¿Cómo prevenir la artrosis cervical?

Si bien no se puede prevenir por completo la artrosis cervical, hay algunas cosas que puedes hacer para reducir el riesgo de desarrollarla o para retrasar su progresión, como:

- Mantener una buena postura: Evita encorvarte o mantener la cabeza en una mala postura durante largos períodos de tiempo.

- Hacer ejercicio regularmente: El ejercicio ayuda a fortalecer los músculos y a mantener la flexibilidad de las articulaciones.

- Mantener un peso saludable: El sobrepeso y la obesidad ejercen una presión adicional sobre las articulaciones.

- Evitar las lesiones en el cuello: Ten cuidado al practicar deportes o realizar actividades que puedan poner en riesgo tu cuello.

- Si experimentas dolor o rigidez en el cuello, consulta a tu médico para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

 

 

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